Alguien me inspiró la idea (algo común realmente) de escribir todos aquellos sueños extraños que puedo recordar. Algunos son solo detalles, otros completos, casi siempre con circunstancias ligadas a la vida de uno mismo. Así son siempre los sueños, ¿no?.¿Qué sueñas tú? Felices vidas.
miércoles, 28 de junio de 2017
viernes, 16 de junio de 2017
Sueño #020 : Reloj humano
" Ahí estábamos. Mirándonos el uno al otro en un silencio pensante representado en mi expresión facial. Mi pregunta era obvia, pero el momento la exigía.
- ¿En verdad eres un genio?
- Si.
- ¿Mi propio genio?
- Si.
-¿ Puedo desear lo que quiera?
- Si...
Lo estaba fastidiando. Puso sus manos en sus brillantes caderas cubiertas por lentejuelas. Sus ropas, daban risa. Todo un genio de lámpara mágica genérico:
-Y... ¿Puedo desear ... lo que sea?
- ¬¬
- Bueno. No tendrás una absurda lis- apareció una lista tamaño carta en mi mano -ta llena de restricciones...
- ¿Una qué?
- ¬¬
- ¬w¬
Leí cada columna. Cada línea. Arriba y abajo. Muchas cláusulas. Cosas como: "Un genio no puede crear materia sin una base equivalente", "Si deseas riquezas, deberás el infortunio aceptar", "Todo tiene una ley de acción y reacción". Me explicó que para cada persona hay reglas distintas, dependiendo de sus necesidades y deseos internos.
Su voz comenzó a sentirse en la lejanía. Mis ojos se clavaron en esa hoja. Una línea en un apartado especial de "deseos sencillos de cumplir". Su nombre estaba ahi. El, de nuevo. Perdida en el negro de esas escrituras, vaga e instintivamente, pensé: " Desearía que el estuviese aquí".
- ¡¡¡Ya sé!!! Sé que deseo pedir.
- Bien. Dímelo ya.
Unió sus manos en un aplauso bastante sonoro. Estaba listo y ansioso.
- Deseo que él...
Desperté. Los gritos de lucha y llanto de los mini humanos en mi sala canceló mi deseo. Hora de levantarse".
Querido lector, aún no aprendo de la vida. Me sigue resultando difícil dejar ir a las personas a mi alrededor. Me hace sentir temor. Pero, ¿de qué? ¿Soledad? ¿Olvido? Tantos años viviendo esa repetitiva historia, con personajes diferentes, excepto el principal. Tantas cosas aprendidas con marcas de impulso de idiotes. Todos pasamos por ello. De alguna manera, me cansé. Siempre termina siendo culpa mía. Pero esta vez, es diferente. Poco común. Hay raíces por doquier.
"Tonta, la vida sigue", dirías...
- ¿En verdad eres un genio?
- Si.
- ¿Mi propio genio?
- Si.
-¿ Puedo desear lo que quiera?
- Si...
Lo estaba fastidiando. Puso sus manos en sus brillantes caderas cubiertas por lentejuelas. Sus ropas, daban risa. Todo un genio de lámpara mágica genérico:
-Y... ¿Puedo desear ... lo que sea?
- ¬¬
- Bueno. No tendrás una absurda lis- apareció una lista tamaño carta en mi mano -ta llena de restricciones...
- ¿Una qué?
- ¬¬
- ¬w¬
Leí cada columna. Cada línea. Arriba y abajo. Muchas cláusulas. Cosas como: "Un genio no puede crear materia sin una base equivalente", "Si deseas riquezas, deberás el infortunio aceptar", "Todo tiene una ley de acción y reacción". Me explicó que para cada persona hay reglas distintas, dependiendo de sus necesidades y deseos internos.
Su voz comenzó a sentirse en la lejanía. Mis ojos se clavaron en esa hoja. Una línea en un apartado especial de "deseos sencillos de cumplir". Su nombre estaba ahi. El, de nuevo. Perdida en el negro de esas escrituras, vaga e instintivamente, pensé: " Desearía que el estuviese aquí".
- ¡¡¡Ya sé!!! Sé que deseo pedir.
- Bien. Dímelo ya.
Unió sus manos en un aplauso bastante sonoro. Estaba listo y ansioso.
- Deseo que él...
Desperté. Los gritos de lucha y llanto de los mini humanos en mi sala canceló mi deseo. Hora de levantarse".
Querido lector, aún no aprendo de la vida. Me sigue resultando difícil dejar ir a las personas a mi alrededor. Me hace sentir temor. Pero, ¿de qué? ¿Soledad? ¿Olvido? Tantos años viviendo esa repetitiva historia, con personajes diferentes, excepto el principal. Tantas cosas aprendidas con marcas de impulso de idiotes. Todos pasamos por ello. De alguna manera, me cansé. Siempre termina siendo culpa mía. Pero esta vez, es diferente. Poco común. Hay raíces por doquier.
"Tonta, la vida sigue", dirías...
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