sábado, 29 de julio de 2017

Sueño #023: Mitosis

   "No sabía su nombre. Solo que se sentaba detrás de mi en clases. Universidad. Siempre me hacia reír, me ayudaba en mis estudios y parecía estar realmente interesado o preocupado por mi. Era un buen chico, listo. Atractivo. Cuerpo de atleta: natación. Los rasgos de su rostro me parecían bastante familiares...
  Durante un receso, mi estómago gruñia de hambre, el area de cafetería se llenaba de estudiantes en un instante, debíamos correr:
- ¡¡¡Si no te das prisa se acabaran los panecillos con fideo!!!
  Me tomó de la mano, jalando de mi brazo para que llegáramos más rápido. Su rostro mostraba felicidad, una sonrisa casi infinita. Se me estremeció el corazón:
- ¿¿Qu- qué  crees que haces?? ¡¡¡Tengo novio!!!
  Dejé de sonreír. Si. Lo tenía. Cursaba 3 semestres arriba de nosotros. Comenze a preocuparme. Volví a mi aula sola. El se quedó merendando en la cafetería.
- Deberías acostarte con él.
  Sentada sobre el regazo de su esposo, con cara de saber sobre los golpes de la vida, mascando goma,  me habló (1). Notó mi preocupación al entrar.
- María-san, eres una calenturienta... Jajaja de hecho si lo eres, !!!ya tienes un hijo!!! Jajaja (2).
  Reí. Enserio. No era un sarcasmo.
- Siendo una ñoña como tú, mejor te diré que lo beses. Así sabrás que es lo que realmente sientes y por quién.
  Me quedé seria. Realmente me hizo pensar..."
   Fue un dia bastante largo. Viernes. No quería levantarme de mi cama. De un momento a otro me quedaba en silencio, viendo a la nada, pensando Pasaban cosas absurdas de la vida cotidiana que habían hecho que me retrasara un poco mas en mis labores. Pensaba, sería la ultima vez que lo vería, antes de mudarse a otro estado del país. ¿Que le diré? Llegó hace unos días a la ciudad. Se irá. Practicas universitarias en uno de esos tantos trabajos más peligrosos del planeta. No le habia visto en mucho tiempo. La mayoría de las veces, hablamos poco en persona, no soy tan parlanchina. Me sentía preocupada. Triste. Feliz. Se turnaban los sentimientos. Llegó la noche. Lo abracé. Un largo rato. Cenamos entre amigos. Hamburguesas, una buena película. Charlas y risas. Caminar. Eramos los 3 merodeando en la ciudad a la 1:30 am. Despedida y buenas noches. Cuando volví a mi cama, recordé las palabras de mi novio, al dejarme en la entrada de mi casa. Con sus párpados algo caídos, y los mios pesados por el sueño, noté la tristeza en su rostro:
- "¿Sería muy egoísta pedir que no se vayan tus amigos?"
  No conozco a nadie mas egoísta que yo. Lloro. Lloro mucho por esto. Pero escucharlo decir eso, me hizo darme cuenta de lo solos que nos hemos quedado. Nuestros amigos, poco a poco, se fueron. No han vuelto de su experiencia con el mundo. Es esa parte dolorosa de la vida que te hace entender que debes madurar. Como todos. No aferrarse a nada porque, llegamos al mundo con nuestras manos vacías.
   Lo veré de nuevo. Tal vez parezca una ultima vez, pero no es así. Volverá. 
  Todos tenemos que obligarnos a madurar para afrontar la vida. Sobre todo yo.
Sobre todo yo....

Querido lector, aún tengo miedo.
(1) María-san es una mujer bastante agradable que conocí en la preparatoria. Se enamoró de un chico de nuestra misma clase. Pasaron muchos años juntos. Después de la universidad, comenzaron su vida en unión libre.
(2) Hace poco tuve la dicha de verlos en un centro comercial. Tuvieron un hijo, era hermoso. Son una bella familia. A pesar de que no los puedo ver a menudo, les tengo mucho aprecio.

jueves, 20 de julio de 2017

Sueño #022: Viaje

"Viajamos en autobús. Fuimos a una cafetería. Caminabamos. Subimos a un tren. Horas y horas de charla. Pero hubo un momento. Uno tan simple. Como si no hubiese nadie más. Odio esto. Un hombre se habia ofrecido a trasladarnos en su camión de una punta a otra de la ciudad. Nos quedamos en la parte trasera. Observando el camino. Cómo todo era dejado atrás y se volvía tan pequeño y lejano.
  Al llegar, yo no podía bajar. Estaba demaciado elevado el auto como para saltar. Él se ofreció a ayudarme. Tomó mi cintura con sus manos. Suavemente, me deslice en ellas, hacia abajo. Dejándome tan cerca.  Solo veía su sonrisa nerviosa escondida en su rostro cabizbajo. Frente a frente, de nuevo.
  ¡Cuánta felicidad habia en nuestras caras!
Continuamos paseando en esa desconocida ciudad, como si ubiesen pasado miles de años, una charla que se volvería a tocar, hasta dentro de otros miles de millones de años más
...".

  Ya no lo sé, no se que es lo correcto. ¿A quién creerle? 
  Querido Lector. Esto. Es una sombra. Una mentira...

martes, 18 de julio de 2017

Sueño #021: Alterno

" Eran ya las 6:00 pm. Después de asistir a clases a la universidad, trabajaba 1 hora como profesora en la preparatoria de a lado (1). El aula suavemente, se iluminaba con el atardecer que entraba por las ventanas. Vacío. Todos ya se habían ido a casa. No tenía un auto, asi que debia tomar un autobús. El único en su ruta , con un tiempo de alrededor de 1 hora 24 minutos para volver a su punto de salida. Tomé mi portafolios, debía apresurarme.
Atravese la entrada de la escuela, de nuevo, lo encontré: La misma ropa de aquella fotografía. Camisa gris y algo de negro. Una mochila en la espalda, caminando con las manos en los bolsillos. Algo formalmente informal. Acaban de terminar sus labores universitarias, se dirigía a su hogar.
  Un saludo. Se lo devolví. Algunos de sus amigos lo llamaban a lo lejos. Él era una persona muy social. Continúe mi camino. Llegué a una parada a esperar el transporte. Pasaron varios minutos. Muchos. Nada. Recibía llamadas de mi madre, una tras otra. Preguntaba mi localización y el porqué de mi retraso, como si fuese la encargada de las líneas de autobuses urbanos de la ciudad y los regañase por dar un pésimo servicio.
  
  "No te creo, date prisa".

  Decía. Y colgaba. El grupo de alumnas de preparatoria que se encontraba detrás , se burlaba de mi entre murmullos. Sus padres las recogían en autos ostentosos, una tras otra se marchaban.

  Estatus: Sin esperanza. Pero esperando...

Oscurecia. De repente un auto bastante ruidoso, con música horrorosa, se detuvo en seco delante de nosotras (2). Haciendo que sus pasajeros se lastimaran de inmediato.
 
  - ¡¡¡Eso dolió!!! Más que cuando ella se desvaneció (3). Tsss!! Tengan mas cuidado!! Aquí me bajo...

Él salio del auto. Entre risas y sobando su cabeza. Se acercó a mi:
 
  - ¿No te haz ido? Creo que yo caminare. Me queda bastante cerca. Deberías hacer lo mismo.

Nos encontrábamos en un lugar algo elevado. Con vista a un largo y extenso boulevard. Sin señales del autobús. Él fue a despedirse de sus amigos, en eso rápidamente , me escabulli. Mi casa quedaba a media hora a pie. Rumbo al horizonte. Las calles estaban vacías, el viento movía los árboles y los obligaba a dejar caer sus hojas, como en otoño. Los últimos rayos de sol hacian vibrar el verde de sus copas.
Por alguna extraña razón, comenze a cantar. Solo para mi. La lluvia de hojas era tan tentadora que bailaba y giraba, intentando alcanzar las ramas apenas con la yema de mis dedos.
Un crujido. Hojas secas quebrandose. Detrás de mi, él estaba ahí. Con la sonria a medias, en su mejilla derecha y las manos aún en los bolsillos. Una risa nasal:

  - ¿Que rayos crees que haces?

  Tenía tiempo siguendome, más bien, tomamos el mismo rumbo y no me había dado cuenta...
Caminamos juntos un rato. Hablabamos. No recuerdo de qué exactamente. Pocos minutos después, llegó a su destino. Se detuvo frente a una oficina en ruinas.

  - ¿Quieres pasar?
Con una risa nerviosa y preocupada, respondí:
  - ¿Eh? No lo sé. Un rato, supongo...
  - Bien. Pero, no me hago responsable de lo que suceda ahi dentro...

Me miró. Muy serio. Y yo, con cara de espanto, tragué saliba y asenti con la cabeza. Entrar en lugar como ese, con alguien que pronuncie aquello, es de pensarse. No lo hice. Luego de atravesar aquellos escombros, lo entendí: detrás de aquel viejo edificio, habia una jungla. Árboles plantas pequeñas, flores de varias especies y colores, ocultaban una hermosa casa tradicional (4).
Cruze la puerta principal, me topé con un comedor gigante de madera, me topé con su familia:

  - ¡Ya llegué Ma!

Su madre, en la cocina. Su padre a la mesa, comia la cena. Charlaba con sus hijos: Dos gemelos, los mayores. Le seguía Él en edad menor, luego sus hijas de 12 y 8 años aproximadamente.

  - Buenas... Tardes...

Alze mi mano nerviosamente, no habían notado mi presencia. Su expresión: impresión.

  - Muy buenas tardes señorita, un placer. Pero sientese, este ni modales tiene, ¿le gustaría cenar?

Con un gesto de risa molesta, Él sacó una silla de debajo de la mesa y me la ofreció de forma cortés. Se sentó a mi lado. Su cena ya servida, un abundante caldillo y bastante pan a un lado, comenzaron a ser devorados por su hambre. Habia tenido un pesado y largo dia de clases. Hablaba con su padre, mientras sus hermanos se dedicaban a burlarse de el por mi sorpresiva visita. Yo reia. En verdad, no me importaba. Eso me parecía, una familia ejemplar.

  - Me parece ridículo que ella quiera pasar dos horas esperando y luego dos horas más viajando en autobús.

  Engullia algo de pan, con la boca llena, continuaba:

  - Deberías caminar. Te queda a 20 minutos tu casa. ¡Podrían pasar millones de años y ella seguiría ahi!

Más pan.

  - Probablemente el algún otro universo, eres un dinosaurio de millones de años esperando un camión que nunca llegó...

Estatus: a punto de golpearlo en la cabeza... Probablemente, castigada por llegar tarde a casa...

(1).-Profesora, ¿de qué? Ni idea. Nunca me agradó tomar esa vocación.
(2).- Probablemente era música reggaetón. La odio.
(3).- Parece una referencia a un golpe en la cabeza que sufrí hace un par de meses.
(4).-En mi país, México. Tal vez agregue un ejemplo después.