Bien dice el dicho "Un gran error es arruinar el presente, recordando un pasado que ya no tiene futuro". Que "La curiosidad mata al gato". Soy un gato y no morí. Me consideraré la sobreviviente de una masacre gramatical. De versos y sílabas llenos de pasión. Pasión. Sé que usé esa palabra anteriormente, se aplicará de la misma manera.
Un escritor apasionado. De eso trata esto. Tal vez dos. Dos escritores cuyas vidas se unieron y separaron de forma brutal, dramática.
El gato buscó, el gato encontró. Escritor número uno. Cada intento de poesía ,cada palabra. ¿Por qué no te atreves a borrar? Casi podía sentir el momento en el que salieron de su moribundo corazón. ¿Que hizo ese escritor que te hizo perder la razón? Estoy celosa.
Escritor número dos, ¿Ahora sientes que el pasado que ahora no es ni siquiera tu presente, es criticable? ¿Sientes celos de la felicidad? ¿De este gato que también se ha equivocado y cayó en manos de un hombre arrepentido cuyo recuerdo tuyo lo convirtió en un humano gris con intentos de vivir?
Dime que estoy equivocada. Hazme arrepentirme de lo que digo. Tus versos no son casualidad, lo sabes muy bien.
Lanza la piedra, ya perdí el miedo.
Insisto, hazme retroceder el tiempo justo ahora, aclárame el error. O si mucha suerte tengo, hazme reír con el placer de la razón. No voy a perder, al contrario, ganaré con cualquier opción. Ignorarte de ahora en adelante, mejor no podría ser.
Siento que he ganado. Por primera vez. Por segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta vez. Extrañamente se acumulan. No tengo intención de discutir porque no tienes ni la más remota idea de cuál es y será siempre tu error. No eres único ni perfecto, es la realidad. Perdería el tiempo.
Tarde me di cuenta, tu eras el escritor numero 1. Siempre lo fuiste. El era el numero 2. Y por esa misma razón, te superó.
Por esa misma razón, jamás lo había visto sonreír tanto.
Querido lector, lamento haber cambiado de dirección.
Este no es un diario, es una carta.
La carta al asunto muerto que no volveré a desenterrar.
Alguien me inspiró la idea (algo común realmente) de escribir todos aquellos sueños extraños que puedo recordar. Algunos son solo detalles, otros completos, casi siempre con circunstancias ligadas a la vida de uno mismo. Así son siempre los sueños, ¿no?.¿Qué sueñas tú? Felices vidas.
viernes, 14 de octubre de 2016
jueves, 13 de octubre de 2016
Sueño #009: Vida Normal
Otra vez volví a dejar este espacio. A veces no tengo tiempo o simplemente mis vecinos no pagan sus deudas de teléfono e Internet... Tuve muchos. Bastantes sueños. Cuando no tengo lápiz y papel, suelo enviárselos por mensajes de texto a mi amigo y a la persona que amo. Pero, creo que no tiene mucho sentido escribir sueños pasados. No siento que sean frescos. No siento pasión por juguetear con el teclado. Eso es lo que hace vivir y sentir al escritor.Pasión. Por cierto, ¿Qué soñaste hoy?
"Un día casi como cualquiera. Cada vez que tengo pendientes por la mañana, fuera de mi hogar, mi padre me lleva en su auto, parte de dejar a mi hermana en su trabajo. Los tres dentro del auto rumbo al centro de la cuidad, eso si era poco usual. Pedí que me dejaran en un lugar bastante concurrido. Un callejón con variedad de tiendas, pequeñas y grandes. Al cerrar la puerta del auto, mi querida hermana mayor bajo el cristal oscuro de su puerta y grito:
-No se te olvide comprar lo que te dije!! Tinte color Rubio cobrizo!!! A los dueños de las empresas les gusta eso, te darán trabajo si te vez bien!!!
El auto estaba en movimiento mientras lo decía, pero, pude entenderla (1). No tenía muchos ánimos de ir a buscar sus peticiones, así que me senté afuera de una pequeña cafetería. Salía vapor de una coladera cerca de mis pies, palomas buscando comida, mares de personas caminando cerca de mi mesa con sombrilla de jardín. Sentía como si estuviera en ese puñado de películas que se basan en la vida común de New York. Voltee detrás mio. hacia la cafetería. Detrás del cristal podía apreciar bancas de madera, llenas de gente. Entre ellos un pequeño grupo de chicos que reían, bebían café o clavaban la mirada en su teléfono celular. No tenía nada que hacer. Entré. Por alguna extraña razón, desee hacer amigos.
Dos chicas lindas, un pequeño adicto al teléfono y un chico rubio alegre y educado. No estaba mala. No recuerdo como paso, que les dije o cuando termine asistiendo a la misma universidad. Pase bastante tiempo con ellos, pero comenze a tener mucha cercanía con el chico rubio. Tanta que un momento, me llevo a los campos abiertos de la misma universidad. Subidas y bajadas, varios metros cuadrados de pasto verde y fresco. El lugar perfecto donde todos venían a descansar, recostarse o estudiar. El lugar perfecto para una carrera: Deslizarse. Tomamos pizarrones viejos y a la cuenta de tres ya estábamos bajando a toda velocidad, esquivando estudiantes y árboles. De la nada, él se quedó atrás.
-Continua por mí, espérame en el gimnasio. Hoy hay basquet.
Tome mi pizarón. Me costó bastante subir hasta donde se encontraba aquel montón de personas que, de alguna forma, creaban un verdadero escándalo. Al llegar a la puerta, todos me observaban. Grata sorpresa me di al ver la pantalla led gigante. Un video animado. Eramos yo y el chico rubio. Un anillo. Me estaba proponiendo matrimonio.
- ¿Qué...es... esto?...
- ¿Te casarías conmigo?
Estaba detrás de mi. Feliz, riendo feliz y nerviosamente. La gente nos aclamaba, las gradas parecían bancos de peces agitados y todos me veían. Esperaban a que respondiera.
-Si...
Todos se volvieron locos, felicitándonos. Tomé al chico rubio de la mano y lo llevé afuera. Como un día normal, como todos los días que sales de la escuela primaria u te separas de tus amigos para ir a casa, me despedí. Comenzó a llover. La tarde se tornó gris, con esa lluvia simple, pequeña y molesta que dura días y días. Tomé el autobús. Cabizbaja y pensativa, fui a casa. Estaba asustada. Quería decir "No..."".
Comienzo a temerle a la idea de matrimonio desde hace un par de meses. Realmente, por primera vez en mi vida, lo estoy pensando seriamente.
(1) Desde hace un par de años, mi pequeña gran hermana mayor me hace sentir la persona más insegura del mundo. No la culpo, pues mi forma de verstir y vivir es algo inmadura, casi incorrecta para mi edad. Criticar es algo común en ella, por lo general, trato de ignorar sus peticiones y criticas.
"Un día casi como cualquiera. Cada vez que tengo pendientes por la mañana, fuera de mi hogar, mi padre me lleva en su auto, parte de dejar a mi hermana en su trabajo. Los tres dentro del auto rumbo al centro de la cuidad, eso si era poco usual. Pedí que me dejaran en un lugar bastante concurrido. Un callejón con variedad de tiendas, pequeñas y grandes. Al cerrar la puerta del auto, mi querida hermana mayor bajo el cristal oscuro de su puerta y grito:
-No se te olvide comprar lo que te dije!! Tinte color Rubio cobrizo!!! A los dueños de las empresas les gusta eso, te darán trabajo si te vez bien!!!
El auto estaba en movimiento mientras lo decía, pero, pude entenderla (1). No tenía muchos ánimos de ir a buscar sus peticiones, así que me senté afuera de una pequeña cafetería. Salía vapor de una coladera cerca de mis pies, palomas buscando comida, mares de personas caminando cerca de mi mesa con sombrilla de jardín. Sentía como si estuviera en ese puñado de películas que se basan en la vida común de New York. Voltee detrás mio. hacia la cafetería. Detrás del cristal podía apreciar bancas de madera, llenas de gente. Entre ellos un pequeño grupo de chicos que reían, bebían café o clavaban la mirada en su teléfono celular. No tenía nada que hacer. Entré. Por alguna extraña razón, desee hacer amigos.
Dos chicas lindas, un pequeño adicto al teléfono y un chico rubio alegre y educado. No estaba mala. No recuerdo como paso, que les dije o cuando termine asistiendo a la misma universidad. Pase bastante tiempo con ellos, pero comenze a tener mucha cercanía con el chico rubio. Tanta que un momento, me llevo a los campos abiertos de la misma universidad. Subidas y bajadas, varios metros cuadrados de pasto verde y fresco. El lugar perfecto donde todos venían a descansar, recostarse o estudiar. El lugar perfecto para una carrera: Deslizarse. Tomamos pizarrones viejos y a la cuenta de tres ya estábamos bajando a toda velocidad, esquivando estudiantes y árboles. De la nada, él se quedó atrás.
-Continua por mí, espérame en el gimnasio. Hoy hay basquet.
Tome mi pizarón. Me costó bastante subir hasta donde se encontraba aquel montón de personas que, de alguna forma, creaban un verdadero escándalo. Al llegar a la puerta, todos me observaban. Grata sorpresa me di al ver la pantalla led gigante. Un video animado. Eramos yo y el chico rubio. Un anillo. Me estaba proponiendo matrimonio.
- ¿Qué...es... esto?...
- ¿Te casarías conmigo?
Estaba detrás de mi. Feliz, riendo feliz y nerviosamente. La gente nos aclamaba, las gradas parecían bancos de peces agitados y todos me veían. Esperaban a que respondiera.
-Si...
Todos se volvieron locos, felicitándonos. Tomé al chico rubio de la mano y lo llevé afuera. Como un día normal, como todos los días que sales de la escuela primaria u te separas de tus amigos para ir a casa, me despedí. Comenzó a llover. La tarde se tornó gris, con esa lluvia simple, pequeña y molesta que dura días y días. Tomé el autobús. Cabizbaja y pensativa, fui a casa. Estaba asustada. Quería decir "No..."".
Comienzo a temerle a la idea de matrimonio desde hace un par de meses. Realmente, por primera vez en mi vida, lo estoy pensando seriamente.
(1) Desde hace un par de años, mi pequeña gran hermana mayor me hace sentir la persona más insegura del mundo. No la culpo, pues mi forma de verstir y vivir es algo inmadura, casi incorrecta para mi edad. Criticar es algo común en ella, por lo general, trato de ignorar sus peticiones y criticas.
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