"No tenía ni idea de como es que había llegado ahí. Pero necesitaba un lugar cómodo y privado para cambiar mis atuendos por una yukata tradicional. Termine entrando a una extensa y casi interminable cantidad de apartamentos de un solo piso. Casas tradicionales del japón. Pisos de bambú. Jardines pequeños por doquier. Me quité mis zapatos y entre. Toqué en el primer departamento que encontré. Una pequeña familia me atendió. Una mujer y su hijo. Hablaban muy bien el español. Su cocina estaba en un pasillo, junto a la puerta de entrada. Suciedad. Regaños de la madre hacia el hijo. Con mucha tranquilidad le pregunte a la madre si podría permitirme hacer uso de su cuarto de baño para asearme y cambiar mi ropa. Me lo permitió, pero me dio una mejor opción. Ir a los baños públicos que se ubicaban a unas cuantas casas. y con la condición de que volviera a su casa. Accedí. Salí y me encontré en un largo pasillo. Iluminado por un sol de primavera. Camine rumbo a los sanitarios, un sonido llamo mi atención. A mi derecha, un chico. Movía de forma lenta y casi cansada una frágil escoba de madera. Su rostro, mirando al suelo. Seguí mi rumbo. Encontré los sanitarios.
Regrese al hogar, el mismo pasillo. El mismo chico. Sentado en el suelo, recargado a una pared. Mirada al frente. El Sr. Hari...
Decidí ignorarlo y continué caminando. La madre estaba esperándome. Continuaba gritándole a su hijo,pero ahora todo era diferente. Hablaban Japonés. No entendía nada. De alguna forma, debía agradecerle por haberme ayudado a encontrar un lugar para cambiar mi ropa. Decidí que limpiaría su cocina. No podía decirlo. No sabía que palabras usar. No hablo el japonés. Me quede en silencio un momento y pensé. Claro. Debía hacer uso de mi escaso vocabulario aprendido de Animes, mangas y películas del país.
Finalmente. Después de 30 minutos, pudo comprenderme y aceptó."
Solo recuerdo que realicé aquella tarea. Solo desperté.
Solo recuerdo que realicé aquella tarea. Solo desperté.
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