viernes, 30 de diciembre de 2016

Sueño #013: La vieja piel

  Antes de esto, antes de que leeas, te diré que esto ya no es algo que afecte mi vida. Pero me convirtió en lo que soy ahora... Fue un detonante. A decir verdad, no me duele, pero, quiero borrarlo de mi memoria.


  Haré un retroceso de 6 años. En aquel entonces, era universitaria. Los primeros semestres eran tan agradables. Estaba pasando por lo que se conoce como "primero amor de verano".  Así como comenzó, terminó. Mi primera decepción... Así empieza esta historia sobre mi sueño.
   En mis clases vespertinas,se encontraba un chico. Por alguna razón siempre estaba riendo. Algo escandaloso para ecuaciones diferenciales. Una de esas veces, ellos no paraban de reír, una compañera de mis alrededores hizo un comentario gracioso ante mi falta de memoria para resolver problemas en clase. Reí. Fuerte. No se de que hablaban los demás pero, llamé la atención del profesor.   La razón, reírme de la masa muscular de aquel chico. Él era de "huesos anchos". Por más que explique que esa no era la razón de mi gracia, su afilada pluma con tinta roja marcó un pequeño asterisco a un lado de mi nombre. Nada que hacerle...
  Horas mas tarde, debíamos ir a clase en la sala de usos múltiples. Podías perderte entre todas esas computadoras de reciente fecha de fabricación. De vez en cuando iba a distraerme algunas horas y comer sin que el administrador pudiese notarlo. Es algo normal que cuando conoces a compañeros nuevos, intercambies e-mail´s. Agregué a muchas personas a mi mensajero. Hasta aquel chico de "huesos anchos". Me disculpe. De verdad quería hacerlo. Yo jamás me hubiese burlado de su físico. Él lo tomo bien. Nada de gravedad. Desde ahí, nuestras conversaciones se volvieron más frecuentes. Paso mucho tiempo para que decidiéramos hablar de frente. Y era divertido. Pero, a nuestro alrededor, los murmureos no cesaban. Una tarde, el hermano de mi amiga (en aquel entonces, tenía una compañera de clase, bastante lista. Me ayudaba bastante. Su hermano cursaba en el mismo grupo) se acerco a mi. Me pidió que fuéramos por una soda, eso para mi fue bastante extraño.

- ¿Qué crees que estas haciendo con él? ¿Estas jugando? Pobre tonto...

Estaba perpleja. Fue ahí cuando me di cuenta de que el mundo es una mierda... No importa lo que hagas, las personas siempre te juzgan sin saber.

  Después de un tiempo, no me importo. El amor floreció entre los dos. Una cosa llevó a otra. Algo inseguro se volvió confianza mutua. Y así, callé a muchos.

Varios meses después, la universidad dejó de interesarme, mis calificaciones se volvieron un problema. Una materia tras otra.  De ser 1 pasaron a ser 6. Después, ya no quise seguir ahí. Me escapaba de clases. Me sentaba en las gradas de la cancha deportiva, escuchaba música mientras veía como golpeaban el balón de voleibol de un lado al otro. Faltaba a mi trabajo. Yo y ese chico nos dábamos a la fuga y terminábamos en su casa jugando videojuegos o viendo alguna película. Dejamos la universidad. Ambos. Juntos. Mis padres me odiaron por ello. Años desperdiciados. Para mí, era darles un respiro en cuanto a la economía. Cada vez era más difícil mantener mis colegiaturas, mis cursos reprobados y no me permitían trabajar. Ahí comenzó un detonante: pensaba que desde ese momento, me había convertido en la peor hija del mundo.

 Pasaron 2 años. La relación se volvió algo oscura. Nuestra felicidad se torno negra. A veces bien, a veces mal. Hablábamos todo el día, todos los días. Yo no salía con nadie más. No tenía amigos. Si dejaba de responder, se volvía una discusión. Me estaba volviendo su posesión más preciada... Yo no reaccione ante todo eso, para mi, era disculparse y continuar. O... disculparse y continuar. 
 Alguien me abrió los ojos ante esa situación, alguien a quien no había visto en muchos años. Me ayudo bastante. Después de una larga charla motivacional, me decidí a darle punto final a las cosas. Lo consideré el peor error de mi vida... No por el hecho de darle fin a una larga relación y lastimar a una buena persona, sino, descubrir la mentira detrás de su risa. Conocer mas haya de sus sueños, un dolor que lo asfixiaba y no podía dejar a un lado. Una culpa familiar. Pero, yo aún sabiendo esto, lo lastimé.  Pero, para el no era dolor común. Lo traicioné. Fui su primer amor, su primera decepción. Lo peor de su vida. Me arriesgué a confesar. 
 Odio. El odio en su mirada me estaba torturando. Odio profundo hacia mi sola presencia. Odio enfermo, odio asfixiante. Odio que pasó a su madre. Ella tampoco quería verme. Odio que pasó a sus muñecas. Marcas de navajas por doquier, cubiertas por un suéter en pleno calor del verano. Ojos inchados, aroma a whisky, desvelos. Mirada perdida. Nunca había visto los efectos secundarios de ese sentimiento. Odio puro.  
 Un sentimiento de culpa inundó mi mente. Me alejé lo más que pude.Yo también quería morir. en mi mente solo pensaba y corría a toda velocidad sin encontrar refugio a la lluvia. "Esto fue mi culpa, solo mi culpa. Debo morir, no debo vivir, no merezco a estas personas, a este pueblo, no merezco cariño, amor, confianza. Este es el final de las cosas. ¡¡¡Quiero morir, morir, morir!!!".  Pasé meses sintiéndome mal. No quería salir a las calles de la ciudad por miedo a encontrarme con personas conocidas para ambos, no hablaba mucho. Seguí sin tener muchos amigos. Temía hasta buscar empleo. Mi actitud comenzó a decaer. Me sentí inútil. Me sentí basura. Quería desaparecer. 
  Lo intenté. Intenté morir, pero alguien se adelanto. Llamó a mis padres por teléfono. Se dieron cuenta de mi plan...

Me gustaría recordar ese sueño. Fue hace semanas, pero, realmente me perturbó. Me encontraba en su hogar. No tenía forma de salir. Solo podía sacar un brazo a través de una ventana que se encontraba en el pórtico. no había otras viviendas en los alrededores. Solo yo, esa casa vacía y las risas de su madre retumbaban por doquier.

Querido lector, ten un buen año.
No seas como yo. Jamás.
Soy una mala persona.
Soy una mala persona...

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